Baje a comprar un cigarrillo mientras tomaba un blindado con amigos. Amigos que viven en el más allá, que atravesaron el umbral y me hacen el aguante. Como siempre estoy fumando un cigarrillo tras otro, como para despuntar el vicio. Como siempre entre el kiosquero y yo media la oscuridad más llana, que devuelve una botella de Pepsi vacía. Todos los días se toma una Pepsi la oscuridad (tal vez millones) como para despuntar el vicio. Sabiendo aun que la gaseosa es dios y el diablo. La gaseosa, por un lado es más limpia que las almas que se dicen puras, por otro extermina cuerpos en las fronteras. Igual soy demasiado bruto para hablar de eso. Eso solo pasa en los límites, nunca frente tuyo, yo nunca lo permitiría, aunque este loco, no lo permitiría jamás. Esas cosas solo me las permito a mí mismo.
Resaca

Mientras miro la TV (que dice que es inmoral un reportero que filma culos en las playas de Mardel) me pregunto si la Pepsi es inmoral. Una voz adentro mío me dice: -¡Haceme el favor! ¿Qué es inmoral? La inmoralidad no existe. A vos te mandaron acá, no estás porque quisiste. Y mi corazón respondía por lo bajo: -estoy porque es el fin último, no te obedezco por miedo, te obedezco porque te amo. Y estoy acá por amor, como vos, aunque por el momento no te des cuenta. Sacudí la cabeza y desperté del ensueño del tabaco, los amigos se habían ido y el blindado terminado. Ahora me queda un largo camino a casa, una especie de éxodo, para internarme en la aridez. Igualmente siempre fui precavido y llevo conmigo la felicidad más dulce, burbujeante y efímera que nadie a conocido jamás en el desierto.
Texto: metatron Ilustracion: Reinaldo Polman