El reviente del médula en su cerradura

Para dónde miras pibito Médula. Las fichas están ya sobre la mesa, y no hay con qué darle. Las hienas fueron ganando terreno en nombre del amor. ¡Viste qué magnífico inodoro puede ser el mundo de los tuyos! Todo fue tan dulce, tan. Tu primavera. Tus mariposas en la panza. Qué no te sorprenda entonces si tus relámpagos no llegan a fósforo, no te creo que no haya pulgas en el felpudo del monstruo. Estás ahí entonces Médula, casi derrotado, con un recuerdo de fierros en la cintura de tus tiempos de vagito, resistiendo a tu vejez con un olor a selva mojada que ya pasó de moda. ¡Acéptalo! el rock ya no es el lobo. Pero se te ve bailar y todos reímos estúpidamente. Tantas cosas para dar. Sin embargo paseas tu soledad sin pudor de sus rincones. No debe haber peor chanchullo para el alma que perder de vista la palabra eternidad. Son buenos tiempos Médula, pero te ganaron de mano (el mounstro más bien tiene la fuerza de un anciano) y de tu bella pista de aterrizaje, amenazante como un cocodrilo, nadie llegó a despegar. No hay paz ni con dios ni con el diablo. La fácil es construir la escollera cibernética donde van a parar tus rosas y tu ropa sucia. Te conforma saber que fuiste parte de la digestión del monstruo y te sentiste libre cuando despidió sus excrementos. Pero sabes Médula, la mierda es pos-crisis pero es mierda igual y en un mundo de ciegos el tuerto es rey. No te creo que todo te huela a flores. El camino es más simple y vos lo sabes, pero todavía la voz de mami te baja línea sobre la oscuridad. Esclavo al fin de la palabra suerte que te cuelga de la nariz. Míster después de la poción. Samuray eso sí en una batalla de tostadas. No pierdas tiempo mi amigo, el caramelo no alcanza para todos. La muerte entrará por cualquier lado, menos por el agujero de tu cerradura.
Texto: el negro París Ilustracion: YNTG