top of page

Después del manto de neblina…(Homenaje al soldado del libro)

 

Lo conocí en un libro, sufrí su frío, sentí su miedo, lloré su muerte… y lo lloré mucho, como a un amigo, es que eso tienen las historias que se leen, aunque solo supe de su corta, anónima y heroica vida por las paginas de una obra, (que jamás será Bet Seller) escritas por un artista de la palabra, oriundo de mis pagos: Rubén Ruedi.  El ejemplar llevaba el titulo: Tras un Manto de Neblina.

 

Fabricio Carrascul, es uno de los protagonistas de esta historia narrada en letras emocionadas, uno de los tres protagonistas,( o en realidad de muchos mas) que no sabían de que se trataba la guerra, debido a que lo mas cercano o parecido a ella habían sido los juegos con revolver a cebitas que jugó en su pueblo natal, Hernando, en la provincia de Cordoba, junto al piberio soñador del lugar.

 

Carrascul llego a las islas casi sin saber amar y mucho menos matar, es que 18 años son muy pocos para andar sabiendo tantas cosas trascendentes, cada pagina me metía en su vida, cada noche en esas Islas la viví como propia, las cartas que nunca llegaron, el hambre que dolía en las tripas, el frió que congelaban las lagrimas… y aquel extrañar sin limites a su viejita querida, y sus guisos y la pilcha planchada y el calorcito de la estufa a leña, si hasta lo imaginé, imaginando a su madre colocar el tronco mas grueso para que aguante hasta su regreso.

 

Mis noches devoraban la historia, como las noches aquellas se comían los sueños de Fabricio Carrascul, cada pagina me acercaba al final y el soldado conocido o desconocido, ya no sabia que pensar, seguía con vida y eso era un alivio para mi corazón, yo deseaba el regreso heroico a su querido Hernando, esperaba el abrazo profundo de Carrascul con su madre y sus hermanos y hasta con la noviecita que me inventé para hacer mas romántica la historia. Pero no fue así, en las últimas páginas y con la última noche de batalla, en el más sangriento final de una historia real, cuando el enemigo nos entraba por todos lados, Carrascul, Fabricio Carrascul, soldado Argentino cayó muerto en combate… lloré, lloré mucho, como si fuera mi amigo, lloré como quien tiene una deuda.

 

 

 

 

Las casualidades no existen, (al menos ese es mi pensamiento) hace unos días y después de 33 años de aquella guerra y a casi diez años de haber leído el libro en cuestión y con mi sentimiento de deuda a cuestas, el destino y un casamiento familiar me llevo a Hernando el pueblo de Carrascul. Al entrar al registro civil,  guiado por mi espíritu curioso, recorrí la sala y me sorprendí con las fotos de todos los jueces de paz de la historia del pueblo, pero mi sorpresa fue aun mayor cuando en una pared blanca y libre de la habitación encontre la foto de un joven y una plaqueta que rezaba: en Homenaje al Soldado Fabricio Carrascul, al fin lo conocía… me emocioné, tomé mi celular y me llevé su imagen, pensando en escribir esta historia.  Cuando el flash iluminó la sala alguien me tocó el hombro, al girar me encuentro con el rostro de un joven desconocido,invitado en el casamiento que me dice tímidamente : "ese era mi tio"

  Las lagrimas se me atropellaron el la garganta… lo abracé, aunque el pibe no entendiera nada, y le di las gracias… sentí un alivio de deuda... alivio nada más, es que se le debe, y mucho.

Autor: Valentino Del Cuore.

PR / T 123.456.7890 / F 123.456.7899 / info@mysite.com / © All Rights Reserved

bottom of page