Poesía
Vermut en el “Bar Pancho”
Dos jóvenes de antes, beben los minutos que le quedan,
las historias que recuerdan, se hacen anécdotas sorbo a sorbo.
Brindan por las batallas perdidas, las no peleadas y desertadas
es que las ganadas siempre son pocas para empatar tanta derrota.
Dos jóvenes de antes, recuerdan amores que no fueron,
Los besos que apuñalaron el alma y las mujeres que partieron sin despedirse
Añoran amigos, desembalan nostalgias, vuelven en lágrimas.
Dos jóvenes de antes, trabajan de nuevo en la fábrica, cumplen horario
Se paran de manos, pelean otra vez, carajean al patrón
Se suben al “bondi” rutinario de las 5 de la mañana
Dos jóvenes de antes, con 80 años de arrugas en la cara y cicatrices en el alma
Beben un vino barato, mitad soda, mitad olvido
Un “fondo blanco” previo a que las agaujas del reloj marquen el mediodía.
Los últimos vermuts antes de la muerte.
Valentín del Cuore.
En el bar Pancho
En el bar Pancho, entre un medio vino y un mediodía, te podes encontrar al Yaguaron. Un Páez, un García tocando volados, un tango oxidado.
Podes ver donde duerme la Luna, ni en Japón, ni en Australia, apolilla hasta la noche en la sonrisa del póster de Gardel.
En el Pancho, entre un medio con soda y un medio cielo nublado, podes encontrar al Che, sin la boina, sin el fusil. Relajado. Curando heridas en almas desveladas.
Podes encontrar a Spinetta pintando con las tizas de coleres y el corazón de papel.
A los sin nombre, a los que esperan el último bondi. A los sin sueños. A los utópicos.
Entre un medio vino y un mediodía, en el Pancho, podes encontrar a la musa de algún poeta olvidado. La canción que nadie canto. La mujer mas amada, en el mundo de los abandonados, de los náufragos de alcohol.
Podes encontrar la nostalgia atendiendo en el mostrador.
Por eso cuando lo vi entre todos los libros en el Pancho, pensé que lo escrito estaba al resguardo del olvido, casi inmortal
Valentín del Cuore.
Los embarcados.
Los embarcados… desembarcan…
En adoquines gastados, en lenguas extrañas
en cielo de otros dueños, en relojes sin tiempo.
Desembarcan… en amores fugaces, en botellas de olvidos.
En noches de insomnio, en domingos nostálgicos.
En banderas prestadas, en ríos profundos.
En una canción desconocida, en billetes manoseados.
Desembarcan…
En Dioses que no escuchan, en flores de primera vista
En olores desconocidos, en miradas de costados
Los embarcados… fantasmas que nos traspasan…
desembarcan… un rato, unos días.
Luego seguirán buscando sus destinos.
Valentín del Cuore.

Seguir
Quiero sentir motores bajo mis pelotas,quiero morir por amores imposibles y volver a vivir para volver a morir por amor. Nadie me puede decir que no he sabido vivir,si yo fume todo lo bueno y todo lo malo en cada pitada,si cuando tuve que arriesgar mi vida lo hice sabiendo todo lo que ganaba y lo que podía perder. He sido dueño de noches tibias y amaneceres amargos. He tenido miedos pero han sido pocos por eso no me frenaron por eso llego entero pero que mierda.... ¡Quiero vivir!
José Puesto
Olvido
Ni un mensaje de texto,
ni un sonido,ni una esperanza.
Solo mi ansiedad y la premonición de no verte, me abrazan,
solo en mi espera, desespera la debil y fragil cascara de hombre.
Un tiempo le doy a la vida
y esta me lo reclama amenazando con la muerte,
como si acaso no fuese muerte
vivir sin el sueño de ser quien quiero y no poder.
Un cigarro, un recuerdo,un olvido
y tu siempre burla me acercan mas adonde no quiero ir.
Un silencio,una nota un espacio
y la siempre culpa de haberte dejado partir.
José Puesto
El triángulo
Cuando asoma el domingo
y los gorriones trinan sus chimeneas/
una mano oscura gigante y flácida
aplasta las casas y edificios de esta ciudad/
de la ciudad de la lágrima de la virgen y la cocaína.
Y así como retumba una pared hueca
policías y ladrones
el poder político y el diariero
el privado y el empleado público
todos
marchan a sus tumbas
tejiendo la cotidianidad en la pupila,
en esta
en la ciudad de máscaras miserables
de periodistas sin ojos ni dedos
de muertos que gritan de sus tumbas
el nombre de fiscales y jueces.
Porque cuando asoma el domingo
la resaca y la nostalgia se mezclan
en el mantel de la familia
y el tiempo es un reloj
descuajado y sin pilas
que heredamos de la tumba del abuelo,
entonces bostezan las mochilas
y un par de fotos burlonas nos miran con desprecio.
Porque esta ciudad de lágrimas y espinas
es una ballena que agoniza a orillas de la nada
un barco quieto
un yo-yo sin hilo
un café que se enfría
o esos dos muchachos
que andan buscando pulsos
remplazando lívido
en sus narices sucias de cocaína.
Porque nuestra ciudad es todo eso:
un escritor de escuela
una larga y constante postal de despedida/
porque es esta la ciudad de la lágrima
de la virgen y del espanto
y en medio de ese triangulo estas vos
estoy yo
perdiendo en diabluras de santos
el tiempo, la salud y la vida.
Es por eso que extendemos las manos
y damos gracias a los traidores de Somisa
por el vacío de hoy
y la soledad de cada día.
el negro París.
Insomnio
Camino solo por mi ciudad,
envuelto en el oscuro frío,
de mi eterna soledad.
Solo sano y sonrío,
cuando tu sueño y el sueño mío,
se aparean, desafiando a la verdad.
Cuando tu mano y la mano mía,
componen la melodía ,
de tomarse, rozarse y nada más .
Aún frescos los sabores de tu boca,
y esos aires de bella y de loca,
que a todo sabes dar,
son cómo la música que a mi alma toca,
y su canto me enseña a andar.
Pero esta noche soy espectro o fantasma,
que el dolor, en el tiempo plasma,
y que nubla y enferma mi pensar.
De esta gris desolación,
tú imagen me rescata,
y en mi interior se desacata,
cómo una fiera enjaulada , la emoción,
que rasga y devora penas,
cortando las cadenas,
de mi lúgubre prisión.
Ya el sol se derrama sobre mi urbe,
la tiniebla de mi angustia ,se evapora,
a su fin llegó la oscura hora,
la pena en mi alma ya no mora,
nada existe en la mañana que me turbe.
José Puesto
97
Se va vida entre estas calles se va se toca la frente fuegos de la nariz aparecen y desaparecen se seca vida la gota fría
lagrimas se evaporan vida otra vez la lámpara se te puso oscura qué pena huésped del charco lentamente camina
el pájaro se diluye en el rio el alcohol en las sombras vida enfrente se ríen es una calle separando solamente
y son tan lejanos hacen círculos en el suelo y se meten en ellos los hijos corren pero la casa permanece inmóvil
la lluvia sigue resultando un misterio hermoso absurdo el sueño y vos alejándote vida y dejarlo ahí pero no porque
después es de nuevo un cero y contar hasta nueve vida y acercarnos para seguir alejándonos y un saludo
la mano al viento como un barrilete la tormenta encima tus ojos goteando vida te veo a la vuelta el hola el chau
el después se va y así andamos tomados de la mano hacia una muerte cualquiera.
Magallanes
Piedras negras
Serán tal vez
los no habitados
resquicios de las paredes
el indómito respiro del alma
la saliva que se retuerce en la lengua
las manos hundidas buscando el rostro
en cada uno de sus espejos
la existencia misma
fugándose por la ventana
el deseo delirado
por las noches del desvelo
en el vino terciopelo
que se mezcla con la sangre
las piedras negras de los ojos
en la contusión del tiempo.
Hernan Rennah
Renuncia
Renuncio a todo
poco a poco, renuncio.
Renuncio a abrir nuevas puertas
y a cerrar las que están abiertas
renuncio a la fe y a la razón
a la contradicción.
Renuncio a la sangre y al alma
a tus pasos y a mis años esperando
a la sombra y al calor.
Renuncio a la culpa y al perdón
a matar por compasión
el tedio y la inspiración.
Renuncio a la lucha del dolor
a respetar la reglas
y el renglón.
Renuncio a seguir el orden
a leer letra por letra
y a ganarme el pan con mi sudor.
Renuncio a los dioses que nunca tuve
y aun así me hicieron cargarlos
Renuncio a mi voz
al canto que une
al color
al aire.
Viejo Divell
El cristal con que se mire.
No voy a decirte cuánto lo lamento
pero se te ve de lejos el corazón zurcido
ya no te reconozco bajo ese atuendo
de lobo cabizbajo venido a cordero.
No más risas desdentadas
ya no te queda eso de hurgar en el tacho
la tormenta repica en la azotea
y no hay señal en tus ojos endurecidos.
No resulta ameno aceptar que es fácil escapar
nunca pensaste en sacudir la alfombra
y andas en busca de alguna oreja
que te banque la parada y te consienta la agonía.
A mi generación no le van tus fechorías
(nunca entendiste esta cuestión del rock)
siempre atento a las galanterías
hasta que un día mordiste el anzuelo.
Bajo ese revoque de viejo compadrito
sabiondo a la deriva mordido por las ratas
nada más absurdo que declarase una guerra
sin que nadie dispare del otro lado.
No voy a decirte cuánto lo lamento
(son implacable las confesiones)
siempre te fue bien la risa del pavo
la chatarra literaria que fabrica el olor
de tus propios pedos.
Tu rapas vuelo en círculo
no es el del buitre depredador peligroso
más bien lleva la caída del pichón
susceptible al gatillo y a las baladas tontas
Ya sé dirás es el cristal con que se mire
pero de lejos se nota tu alma rota
no es bueno eso de andar tapando agujeros
tarde o temprano la loba te toma por el cuello.
Debí callar este lánguido aullido
aunque no olvido ese afán
por morder del queso que te enloquece,
rufián encantador ¡ese es tu estilo!
ahora preso de tu aura estoy.
el negro París.
16
A ver saca la lengua
y deci
Amor
Paz
Revolución
Ahora
quédate con la boca abierta
un rato más.
Hay palabras
a las que les da miedo
dormir afuera.
Magallanes
Niño de la lluvia
Hagamos arder el bosque dijiste, ya no hay vasos de sed, todo se agota o se inunda.
Quiero estremecerme bajo esta mascara de hielo y que se caigan los pedazos de mi cuerpo.
Quiero sentir el fuego hasta ya no poder más, y aullar el éxtasis de los animales que no conocen jaula.
Así duramos quien sabe cuánto, porque el alba y el crepúsculo no tenían ojos para nosotros.
Ahora veo caballos descansando su sangre sobre la hierba muerta.
Luego una lluvia gris, espesa, cubre los lugares en donde nunca estamos.
Se escucha un idioma estéril salir calcinado de la tierra, gritando algo.
Agitando su lengua como pidiendo socorro.
Hernan Rennah
Vino
El negro más negro
blanco es, su lengua
quema la noche
en la letanía de la luz de una vela.
Su lenguaje poético
tiñe de rojo la nada
y con sus muecas
desgrana las sombras
del devenir.
Nos impone el abismo,
caemos en él, como cera hirviendo
desde lo bajo hacia el cielo.
Hacia el centro de la vela
se impone el abismo,
donde suenan y resuenan
cabalgatas insomnes y
luchas feroces por el secreto
que la luna cobija en el desamparo.
Desde un sueño lejano las tinieblas
se elevan resplandecientes
para que los mundos asienten
sus vertientes en la luz de una vela.
metatron