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Conversacion con el diablo

 

¿Cómo será la vida de un yonki?.Nada que ver con la película trainspotting.Esta es la historia de uno. Bien no sabemos por qué hemos decidido contar esta historia.Será quizas porque siempre creímos que un yonki es ese tipo cadavérico y descerebrado que no pasa de los treinta.Nada que ver con José Puesto:poeta, cuentista y músico de las sombras de esta ciudad. Entrá si queres, eso sí, salí si podes.

 

José:  el que se la puso y se fue.  

 

Registro, busco la vena y se llena la jeringa de sangre. Vuelvo a intentar y lo mismo. Mi fama en el entorno decía que era uno de los más habilidosos para el chute. Cuando  los brazos no te dan más te chuto si quiero en las venitas que pasan por los dedos. Y dale y otra vez registro y siempre la aguja afuera y otra vez sangre a la jeringa. De pronto sentí  que del cielo me caía encima un golpe de luz y dije, ya está, no me tengo que picar más. Después de estar una semana de lunes a lunes picándome cocaína con la que era mi novia en aquel momento.  Tenía 21 años y ya había sufrido dos especies de sobredosis en esa semana de chutes; la segunda fue para no volver y volví. Me acuerdo ver cómo se ponía todo negro, todo se achicaba y se alejaba, el pico de cocaína produce hiperacusia. Tirás a lo lejos un alfiler y te aturde, yo me escucho el corazón y pienso se para, se para...no, no me tengo que morir y volvía. Así un par de veces.

La verdad es que no me acuerdo qué hacía, me acuerdo de que todo se achicaba

- José estás mejor no me asustes- y arrancaba de nuevo con un pico más grande todavía

- No, no, no te piques más.

- No te hagas problema, ya domino la muerte, puedo ir y volver- Y después el golpe de luz. Vacié la jeringa en un vaso con agua y sangre que tenía a mano. Vivíamos en una casa espaciosa con muchas habitaciones y, en el medio, un comedor amplio circular donde me gustaba tocar el saxo porque retumbaba, pero  nosotros sólo usábamos una salita de dos por dos, donde había un colchón, una mesa y montañas de ropa. Que no te sorprenda, éramos yonkis. Vacié la jeringa.

- No me drogo más, no me drogo más- y de pronto escuché una voz gruesa de hombre      - ¿Cómo que no te drogás más?

 

Sentí un escalofrío en medio de la sorpresa que me produjo esa repentina voz de trueno. Alcé la vista y mi novia, aquella que conocí en el Colegio San Martín,  y que cuando le mostré una bolsa de merca me dijo: "yo a vos te voy a coger", se había convertido en un tipo y ese tipo, me di cuenta enseguida, era el diablo. Peinado para atrás, sentado al otro lado de la mesa, asomaba su rostro de carnero entre varios vasos de agua con sangre donde lavábamos las jeringas.

- ¿Cómo? ¿No te drogás más?

- No, no me drogo más- Toda la conversación sucedía telepáticamente.

El tipo se tira para atrás y pita

- Así que vas a dejar la droga. ¿Cómo vas a hacer?"

- No sé, Dios quiere que no me drogue más y él tiene la respuesta, por algo es el todo poderoso, chau.  

- Ahhhh… ¡¿sí?!"- Después de nombrarle a Dios empezó a querer seducirme y me hace una enumeración detallada de mis bienes

 - ¿De qué vivís vos?  Miro hacia los costados y, claro, estoy viviendo de la venta de drogas,

- Pero bueno, no importa, vivo pobre. Chau.

- ¿Ah, sí? ¿Y tus amigos? Te vas a quedar solo.

- No importa, me quedo solo. Chau.

 Me estoy levantando de la silla para abandonar la conversación de un tono muy respetuoso hasta el momento

- Pará, pará, pará, ¿qué es lo que más te gusta?- Volví a sentarme.

- Tocar el saxo.

- ¿Ah, sí? A ver, tocá-  Tomé el saxo que estaba en el sillón. Recuerdo que al momento de apoyar la boca en el pico, vi los ojos del señor demonio que asomaban de atrás de una botella de whisky. Toqué,  toqué la melodía y la canción que se me cruzó y el tipo, ese que es una mujer, mi novia digamos, sentado pero retirado de la mesa, cruzado de piernas y hamacándose con las dos patas traseras de la silla, aplaudía lento e irónicamente. Rió.

- A ver, tocá ahora- y no me salía nada, parecía que el saxo estuviera tapado, como obstruido. Empecé a desesperarme.

- A ver, tocá ahora- y otra vez sonaban las melodías.

- A ver, tocá ahora- y otra vez tapado el saxo, mudo.

- ¿Te das cuenta?- Nunca estuve tan calmo como los segundos previos a lo que ocurrió.

 - ¿Así que yo toco el saxo gracias a vos?- Y le partí el saxo en la cabeza a la mujer, mi novia, que estuvo callada las dos horas que duró esa charla. Gritó como un macho cabrío, como un diablo, grueso rugió. Y empezó a salirle sangre de la cabeza. 

 

 

Vengo a denunciar al diablo.

 

 

- En este bar no se vende el whisky que tomas vos, José.

- No importa. Tomo cerveza.

-¿Por qué miras tanto para afuera?

- Por la moto, che. Decime, no venden Whisky pero pasan música ¿no? Decile que te pasen esa de los Twist  “el Cenareso me orientó muy bien, no debes ir jamás a recitales”.  Yo estuve internado en el Cenareso y después de conversar con el diablo, de partirle el saxo a la que era mi novia en la cabeza, estuve internado en el programa ANDRES. 

- ¿Cómo es que una cosa te llevo a la otra?

- Yo salí de la casa despavorido, era un día lunes. Antes tiré toda la merca; la mina-diablo-hombre me siguió como tres cuadras por la avenida Monte de Oca. Eran las 8 de la mañana. Me acuerdo de las señoras con las bolsas de los mandados. Me fui derecho a la comisaria.

-buenos días, oficial, vengo a denunciar al diablo- Imaginate los canas,

- Ah… Sí, sí, pibe.  Quedate acá que ahora vamos a buscarlo-  Empiezan a vestirse, a ponerse la gorra, los sacos, agarran papeles.

- Vení, vení. Subí al patrullero que lo vamos a buscar-  Cuando me estaba por subir al Falcon, le vi a los dos canas la cara del diablo

- ¡Hijos de puta! ¡Ustedes también trabajan para él!- Me bajé del auto, pegué un portazo y me fui. No me siguieron. La verdad es que me dejaron ir. ¡Imaginate cómo habré estado! Igualmente, no tenía drogas. Tenía un paquete de dólares, que los regalé. Caminé de Barracas, desde Coronel Salvadores y Asara hasta Constitución. "¿Quién quiere dólares?". Imaginate, me los sacaron de las manos. Seguí hasta Caballitos a la casita de mis viejos

- Papá, no sabés. Está el diablo allá en la casa. Mi novia-un tipo me hablaba sin los labios ¡Agarrá el auto y vamos a buscarlo!"

-"Sí, sí, hijo. Quedate acá que ahora vengo. Voy a buscar el auto"- Volvió, pero  con mi hermano que hacía poco se había recibido de médico. Me dio una pastilla y dormí como dos días. Cuando me desperté, me fui acordando de a poco:  - ¡Uy, los dólares!  - ¡Uy, tiré la merca! - ¡Uuuuuuyyyyyyy, le partí el saxo en la cabeza! Mi viejo diciéndome “te acordás, José, ayer me prometiste que ibas a ir a ver al pastor Novelli" (que era el director y presidente del programa ANDRES). Ese día mi viejo no podía dejar de mirarme los brazos. Igualmente, era inquebrantable en su formalidad y en esos aires de radical conservador, con una moral de buenas intenciones, de hijos correctos… Ese día mi viejo, pobre viejo, vio lo que nunca quiso ver: que yo era un yonki.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El hijo de

 

Mis padres eran docentes los dos. Mi padre llegó a ser Ministro de Educación de la Pampa únicamente con el título de bachiller del Mariano Acosta. Viví en mi ciudad natal hasta los 5 o 6 años, donde realmente no fui muy feliz, fuí directo a primer grado a la escuela Faustino Sarmiento, no fui a pre-escolar,  todos se conocían y yo no conocía a nadie, después al mes me mandan a la escuela Normal (otro cambio más) a los pocos meses tuve un accidente en el campo de mi abuelo que era un terrateniente.     Mí hermano y unos amigos ataron mal un caballo a un palenque y le tiraron un balde de agua, el caballo sale cagando, yo estaba en el piso de espalda jugando con un perro, lo último que me acuerdo fue ver al perro como se espantaba y salía corriendo, después me desperté en la Clínica, el caballo me había pasado por encima y con los vasos me arranco parte de la piel de la cara, además de unos pisotones que me dio en las piernas, hablaban de cirugía estética, al final no me quedó nada en la cara, ¿ves? hasta quedé más lindo ajajaja

- no te creas José... ¿o será que la combinación chute y whisky te dejó así?

 - ah mirá vos, te comiste una sopa de payasos y te haces el piola, eso me acuerdo fue justo lo mismo que me dijo un compañerito cuando volví del accidente meses después al colegio porque bromeaba con la cara bastante jodida todavía, pero en fin, de aquella época me acuerdo sobretodo de esa sensación de soledad que me produjeron todos esos cambios y traqueteos, nunca pude acomodarme en el sistema educativo, encima llegan las vacaciones de invierno y a mi viejo lo nombran primero sub-secretario y después ministro de Educación y Cultura así que nos vamos para La Pampa y ahí continuo el primer grado y ahí lo termino, Imaginate: primer grado en tres escuelas, un accidente, no muy sano

 -pareciera como un prólogo anticipando de lo poco sano que ibas a ser después ajjaja-

- sí sí, tal cual, así que fuimos a La Pampa por las relaciones políticas de mi viejo,  había sido Concejal, era del MID, frondisista digamos, mi viejo era muy amigo de Frondizi, en algún viejo baúl de la familia o alguno de mis hermanos, o algún primo de esos como vos hincha pelota con las historias, se deben conservar fotos de mi viejo y Frondizi juntos, abrazados, mano a mano en debates políticos. La cuestión es que fui a parar a  Santa Rosa La Pampa, y allí no sufrí, todo lo contrario, terminé primer grado ahí, pero viste como es la gente de los pueblos de bondadosos, hasta ese momento era un pueblo, además a mi viejo lo apreciaban, se mandó un trabajo formidable. Me acuerdo de salir a la llanura y sentir que el desierto era sólo mío, salía a caminar, me perdía extensas horas en aquellas planicies y encontraba de todo, puntas de flechas, boleadoras, piedras con formas de instrumento, talladas.  

-!Mirá vos! ¿Será por eso entonces que ahora de grande tenés la locura de irte a buscar piedras con un grupo de exploradores?

-Ahora que lo decís negro Paris me cae la ficha, es más: soy el rastreador, me largo a caminar, observo y digo acá hay que excavar. claro que además de esa intuición o conocimiento de contacto esta el académico, desde pibe he leído de forma autodidacta sobre biología, geología, historia, dinosaurios, etc…, veo el  color de las piedras del suelo y descubro algún mineral, en La Pampa estuve hasta los 10 años, hasta que volvió Perón, nos volvimos porque mi viejo se mandó una cagada con una mina, mi vieja lo engancho y nos venimos a pesar que a mi viejo el gobernador le había ofrecido formar lista para las futuras elecciones, que si se presentaban ganaban seguro,  había hecho allí un trabajo impecable, porque La Pampa era territorio Nacional y era un lugar para explotar monte, monte de Calden, venía mano de obra de todos lados, hacheros nacidos y criados en el monte, la mitad eran mestizos y la otra mitad gringos que no sabían ni leer ni escribir, tampoco podían mandar a sus hijos a la ciudad, a la escuela de la ciudad, entonces mi viejo con un tal Conte, realizan un relevamiento de todos los lugares vacios, deshabitados, hasta expropiaron extensiones de tierras, y allí levantaron o introdujeron el sistema educativo e idearon el sistema de albergue escolar para los hacheros y los hijos de los hacheros, viste, a pesar de ser facho mi viejo se mandó una patriada grande  

-¿por qué decís vos que era facho tu viejo, no es la primera vez que lo decis? 

-porque laburó con milicos siempre, aunque en verdad él no era facho era libertario pero era de derecha ero bueno.

- igual no me dijiste qué lo hacía facho, más allá del hecho de haber trabajado con militares.

-qué se yo negro, no era facho, mejor dicho, era gorila, de chico había sido socialista y de a poco se había convertido en un hombre de derecha

-¿en qué sentido José?  porque sin embargo a los desfavorecidos o marginados les dio educación  

-por eso te digo negro Paris, en verdad hay que ver, mi viejo era un tipo jodón, siempre estaba contando un chiste, se daba con todos de la misma manera,  como también podías hablar con él de lo que quieras: de historia sabía un paquete, como de matemáticas también, por eso en el Chaco donde nació era docente al igual que mi abuelo, había sido un excelente estudiante de ingeniería hasta que le tocó el servicio militar donde yo nací, por eso ingresó al batallón de ingenieros como aspirante a oficial de la reserva , es ahí donde conoce a mi madre, pero es como te digo, era un tipo humilde, no era ostentoso, por ejemplo el tipo se había empecinado que nosotros teníamos que ir caminando a la escuela, (incluso bajo unos fríos de cagarse) igual que los demás estudiantes, aunque nosotros teníamos chofer, no le gustaba eso a mi viejo y por ahí el chofer se apiadaba y nos llevaba a espaldas de mi viejo por el frío que hacía, quería que seamos unos chicos más del montón, mi viejo no armó partido allá, sino hubiese sido todavía el hijo del gobernador de la provincia que viajaba en helicóptero y con chofer y con auto con patente oficial de la gobernación, pero fijate vos, al tipo nunca le importó, ni tampoco la guita, murió pobre mi viejo, no pobre digamos pero con una jubilación que siempre repartió entre los hijos y el que se acercaba a pedirle o veía que podía ayudar, yo tengo un dicho y me debe venir de él, “es muy corta la vida para perder el tiempo juntando plata”, un embole, lindo es tenerla y gastarla, vos sabes negro Paris que a mí me gusta para gastarla

-la usas para alcanzar mayor libertad, para poder moverte, no más que para eso-

- ¡exactamente!, vos tenés plata te compras una moto, le cargas combustible y !chau! !estás en el sur!, como el viaje que me voy a pegar ahora al Uruguay. Hablando de la moto esperá que voy a ver si está, de acá se ve el manubrio, la cerveza o este whisky sin hielo se me subió a la cabeza, ya tengo 50 años y lo sigo haciendo igual,

-qué cosa tomar whisky-

- ajjajaja no no, gastarme la plata para ser libre y cuando se me acaba vuelvo a ver de dónde saco más, a los 50, a la edad que todos están viendo cuánto tienen en la caja jubilatoria.-

-Pero volviendo al relato de tu vida ¿vos volviste a tu ciudad natal a los 10 años y te fuiste a qué edad?-

-a los 15 me fui a Bs As, mi viejo ya conocía porque había terminado la secundaria allí, vengo ya de familia nómada, mi abuelo lo había llevado del Chaco a Bs As cuando tenía 12 años, entonces fijate yo voy a Bs As a los 15

-¿Ya habías probado las drogas José?

-No, ahí viene la cosa, el último año antes de irme a la Capital, me la pasé viendo una serie “Las calles de San Francisco” con Michael Douglas y Karl Malden, miraba “Starsky y Hutch dos tipos audaces” y miraba también “Mujer policía”. En esas series siempre hablaban de drogas, siempre andaban atrás de algún narco, y hablaban de heroína, de marihuana, ya en los 70 se estaba combatiendo a la droga, ya desde los 60 Estados Unidos declara la guerra a las drogas, en verdad a través de esa guerra esconde también hacerle la guerra a todo un movimiento hippie que las usaba a conciencia, o intentaban transformarlas en cultura y habían roto las pelotas con el asunto de la guerra de Vietnam, las drogas en las series me produjeron una gran curiosidad, me acuerdo todavía de haber pegado un salto de la silla cuando finalizó un capítulo de "Las Calle de San Francisco” y me dije para mí: yo quiero probar la marihuana. Cuando llegue a Bs As me visito con mi primo que era insulino dependiente y andaba todo el día con jeringas, yo siempre le decía a él que quería probar las drogas, que quería fumar marihuana, pero en ese tiempo en 1978 no era fácil conseguir las drogas que hoy son comunes,  marihuana ni por las chapas se conseguía, siempre íbamos con los compañeros de la secundaria a las droguerías a buscar fármacos y también potasio, magnesio, azufre y hacíamos bombas...che te cambió la cara negro Paris jajajajajj sí, bombas, llegamos a hacer nitrito tolueno, hicimos TNT.

-¿Pero por qué, o mejor dicho para que las hacían?

-Porque nos gustaba, mi primo era muy inteligente tenía libros de ciencias, de todo, leíamos y armamos bombas y las hacíamos explotar en casas abandonadas, en baldíos, éramos candidatos a la guerrilla, hasta que un día cae mi primo y me dice que en la droguería hay cloroformo, y qué es el cloroformo, es un antiguo anestésico que usaban los odontólogos, eso mismo que ahora se ve en las películas que lo ponen en un pañuelo y agarran a un tipo y lo hacen dormir cuando se lo apoyan ¿viste? bueno eso, nosotros lejos de usarlo en un pañuelo, como mi primo era diabético y tenia frasquitos de Chuker, (un edulcorante) que tenían un gotero en la punta, metimos el cloroformo ahí y lo apretábamos e inhalábamos el vapor, quedé tan del gollete ese día que me acuerdo que me desperté en el comedor del departamento de mi primo cagándome de risa y mi tía me preguntaba qué me pasaba, si estaba bien. Es divino, te digo: divino, lo que hay que hacer es no abusar porque te intoxica mucho y después te duele el cuerpo, la cabeza, todo, es como cuando mezclas whisky y cerveza como ahora...tengo que hacer una llamada que tengo un problema  

-problema fue para tu viejo la amante que le descubrió tu vieja...

- sí, y la moto que de acá no veo…esa fue entonces mi primer experiencia con drogas.

 

 

Soldado y drogón.

 

“Este tipo está totalmente loco o me está mintiendo, no puede ser que no guarde ni siquiera una secuela, ¿me abran vendido pescado podrido? no puede ser, no pareciera que esté mintiendo”

 -José, decime, ¿cuál fue la segunda falopa que consumiste?

- la segunda fue el Artan, unas pastillas para el mal de párkinson, es un mambo muy parecido al té de Chamico, el Artan te pega alucinante, te perdes, te perdes todo el tiempo, por ahí venís hablando con alguien y de pronto te das cuentas que estás solo, o estas meta fumar un cigarrillo apagado hace una hora, pero debe haber algo inconsciente que te hace manejar la situación aunque estás perdido constantemente, pasé meses así y nadie se percató al menos de mi entorno, o no lo querían ver o había menos información, no sé, la cuestión es que te agarra una angustia tremenda cuando descubrí las incoherencias a las que te somete, y te torturan las preguntas, sobre la visión de los otros. Lo tomé por primera vez en la escuela, tomé y vi bichos por todos lados, después caí en el Codril un jarabe para la tos que tiene una sustancia que se llama hidrocodeinona, que es un derivado del opio y como todo opiasio es genial, es divino, empezamos con un frasco por día y terminamos con cuatro, cinco frascos por día, era más o menos el año 79, y era hermoso una sensación de paz, de somnolencia sin dormirte, te picaba un poco todo, el mambo era muy parecido a esas pepas, esas llamadas Aceptobron, me acuerdo que parábamos con los compañeros de escuela en un Pampernik tomando todo el día Codril y cuando se acababa nos íbamos caminando, pidiendo monedas por el camino, cuando llegábamos a destino íbamos a la farmacia  y nos comprábamos otro “coco”,  así le llamábamos al Codril. Un día nos desayunamos de buenas a primera que  lo habían sacado del mercado, porque los milicos se dieron cuenta que se estaban dando con Codril muchos, sobre todo los jóvenes, con los milicos era difícil conseguir cocaína y marihuana, no conseguías por ningún lado, a la cocaína la probé a los diecisiete años, me convidó la madre de un amigo que me quería coger, pero probé y me olvidé, no le di bola, fue ahí que probé en medio del Codril, pero lo peor de todo viene ahora, después de que sacaron los “cocos” del mercado no sabía cómo hacer para matar “el mono”, el bajón, así que le entré a dar al escabio como loco y el alcohol sí que me enfermó y me hizo más mal que las otras drogas, empecé a tomar ginebra, hasta terminé internado en el hospital accidentado, me caí por las escaleras del subte remamado, me rompí todo, ahí por primera vez algo supieron mis viejos sobre mis adiccones, llamaron del hospital, yo me había escapado, después apareció el porro, ya había probado la merca pero como era poco y difícil de conseguir como no tenía exceso me olvidé, pero con el porro me fui metiendo, apareció un amigo con un pedazo grande de porro que había traído del Brasil, lo repartimos y la primera vez que fumé un porro me sentí increíble, dije: "esto es lo que yo quería, esto es para mí", y me olvidé de todo lo farmacológico y sobretodo me curó del alcoholismo que me tenía a maltraer... hablando de eso, por qué no pedís un whiskys para vos y uno para mi negro Paris, yo voy al baño y vengo…

 “Esté tipo hace una media hora que se fue al baño, debe estar tomando merca o desmayado, ahí viene el hijo de puta, no parece duro…”

 -¿Dónde estabas José? ya me clavé tu vaso y el mío de whisky. - …cagando negro, y me enganché a leer un prospecto de remedio que llevó en el bolsillo, siempre llevo prospecto de remedios y cuando me aburro de los libros leo prospectos

-si serás extraño y mal parido José, pero bueno ¿en qué estábamos?

:-en lo del porro, te decía que era difícil conseguir, quería comprar siempre y siempre te acostaban, te daban orégano, cualquier cosa, hasta que en el recital Adios Serú conocimos unos pibes, le colgué la plata y me lo trajeron, ¡no me acostaron!-

“A decir verdad, este tipo  ya me está resultando despreciable, festeja como si hubiese sido ayer que no lo acostaron, es un vicioso hijo de puta”    

 -¿en qué pensas Negro

-en nada, en nada, seguí-

-te doy asco o desconfianza

-¿cómo sabes José?…

- porque yo en tu lugar sentiría lo mismo. La cuestión es que me fui a mi pueblo/ciudad natal con un pedazo de porro, todos mis amigos me cortaron la cara como si fuera un delincuente, me hicieron aparte, me retiraron el saludo. Me di cuenta que a finales del 81 nadie conocía el porro, me fumé un porro en medio de la plaza principal, pasié por las calle más concurridas y nadie me miró, ni idea tenían, después en el 82 empecé la colimba pero antes había tenido un problema: me había agarrado la cana jalando poxi-ran. Jalé mucho poxí-ran entre el Codril y el alcohol, entonces cuando entré a la colimba me verdugeaban, sabían que había estado haciendo un tratamiento en el CeNaReSo (Centro Nacional de Rehabilitación Social) cuando me habían agarrado con el poxi-ran, yo le decía a los de CeNaReSo, que por favor les dijeran que estaba en tratamiento, y a los milicos le decía lo mismo, y los milicos me decían, -acá te vamo a curá, ¿así que pichicatero?-. Estuve quince meses, terminé en el 84. Me salvé de pedo de ir a Malvinas, me bajaron del avión. A pesar de todo yo tenía un físico privilegiado y me manejaba con las armas, porque mi viejo tenía armas y tiraba de chico. Para el 2 de abril del 82 empezaron con la lavada del cerebro, con los simulacros, a cualquier hora empezaban, "¡vamos soldados a levantar todo, vamos arriba rápido, ya vienen los camiones, vamos!", los primeros días decíamos "!uy! qué cagada vamos a la guerra", y de pronto, "¡vamos a desarmar todo, armen las carpas, acomoden todo vamos!" uff zafamos pensábamos, y de nuevo a cualquier hora "¡vamos carajo!, !vamos a la guerra rápido! soldado ¿qué hace? vamos a la guerra, vienen los camiones no sea cagón !vamos!", y otra vez a desarmar, imaginate, te lo hacían dos o tres veces por día a esos simulacros. Cuando por fin llegaron realmente los camiones yo dije, "por fin, me quiero ir de acá", era tanta la tortura del simulacro que prefería que vengan los camiones de traslado, y así fue, nos sacaron diciendo que íbamos a Mendoza a cuidar la frontera con Chile, cuando íbamos en los camiones y llegamos a Capital la gente nos regalaba chocolate y nos saludaba con alegría, llegamos al Cuartel y había ropa de abrigo, las escafandras, todo para la nieve, pensé "esto es para el sur, no es para Mendoza". Nos llevan para aeroparque con toda la pilcha, el bolso y demás “chirimbolos” y empiezan a subir todos mis compañeros a un avión DC9, y empiezan

-usted sí, usted no, usted sí, usted no", hasta que me toca a mí y me dice: "a usted no", y empecé -no, no, no, no mi teniente primero- , no, usted no soldado, usted viene en la próxima, a usted no le dije soldado-.

-Yo me quería ir en ese avión y no comerme más los simulacros, me puse a llorar y no me llevaron igual ajajaja-

-¿De qué te reís pedazo de loco?, casi te vas a la guerra

-y qué queres pelotudo que llore jajaja, después de mi demostración de sentido nacional ajajajjajajajaajja, ¡¡pedazos de zoretes!!,  el teniente primero me mandó al hípico. Igualmente te digo, tuve en total alrededor de 105 días de calabozo porque me escapaba a ver  Sumo, a Mempihis, e iba con la ropa de milico así entraba a todos lados, chupaba gratis, además imaginate: para todos yo había estado en Malvinas y había vuelto ajajjajajaja. Ya en ese tiempo empecé a darle a la merca como rengo a la muleta, pero no me terminaba de enganchar porque no se conseguía siempre, me dieron la baja de la Colimba y salí de ahí con dos convicciones: no entrar nunca al sistema y ser drogón, yo quería ser drogón.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El peor negocio.

 

 

-Salí de la colimba en el 83 y me separé de una novia norteamericana que tenía y ahí se fue todo al carajo. Yo quería ser músico, iba con Javier Calamaro al Colegio San Martín que de noche tenía orientación artística, mi viejo me regaló el saxo a los 16 años, uno de los profesores que tuve fue Bernardo Baraja. La experiencia de la colimba me preparó para detestar y no entrar jamás en el sistema, en esos corrales morales repletos de penachos blancos que te preparan el camino para tener una vida inauténtica, para eso me preparé y aun me preparo en la vida: para que los buitres engendrados en los altares y los perros acarreadores de rebaño, no succionen de mí ni una mísera gotita, y para acabar perfectamente con mi reflexión y hacerla carne, conocí a la concheta con la que me picaba, después vino lo del diablo, el saxo en la cabeza, me desperté y lo fui a ver al Pastor Noveli, que me convenció, me dijo -vos tuviste una experiencia religiosa espantosa-,  -no-, le digo, -estaba recontraredrogado-. Quizás lo pedía inconscientemente, ¿sabes la cantidad de pibes que se murieron? La cuestión es que me convenció y a los   quince días estaba internado en el programa ANDRES, y a los tres años era dirigente del programa, me reunía con toda la élite del momento de la política, con la mujer de Dante Caputo, tenía 23 años imaginate, le manejaba la reunión, cobraba $2000 por mes, andaba en limusina, empilchado hasta la médula, hasta que no me gustaron algunas cosas y renuncié. Me pelee con Noveli, le dije -vas a terminar mal-, -y vos también- me dijo, y los dos tuvimos razón. Yo quedé en banca rota y él al poco tiempo se murió de un aneurisma debido a la cantidad de guita que hizo y las persecuciones políticas que le trajo hacer tanta plata, no se la bancó. Incluso unos días antes a morirse había salido como el personaje del año de la revista Gente. Tenía en capital una cantidad de carritos de pancho que facturaban $5 mil pesos por día. Cuando yo lo conocí en el año 85 andaba todo barbudo remendado, cuando se murió dejó en herencia $ 8 millones de dólares, se fue al carajo todo, se terminó transformando en un negocio, como te decía, renuncié y terminé manejando un remis, estuve seis años limpios, me casé, me separé. En el 90 me encontré con un tucumano, empecé a consumir de nuevo y me volví a esta ciudad, m ciudad e hice el curso de piloto de Monomotor, soy piloto de esos aviones.

 

Encuentro con el diablo

 

 

 -Yo escuchaba mucho Serú Girán en su totalidad y más aun el tema, “Encuentro con el diablo”. Después de lo que me pasó con el chute, y la mujer-amante-diablo que te conté, me decían que estaba obsesionad con eso, todavía hoy me dicen que lo estoy, a la última casa que me mudé (que es la que vivo ahora), me viene a visitar el diablo y algunos espíritus, los veo y los escucho y tienen la intención de meterse adentro mío.

-¿y cómo son?

- viste que sos un cara de verga, no leíste el cuento El Peor negocio que escribí, ahí lo describo cómo es, cuando el diablo, atraviesa las paredes, viene pisando y cada pisada es de mil kilos y se va cuando rezo, pero a mí no me cagan: esa mina tenía algo con el diablo, la tendrías que ver; tan sensual, activa, cómo hacía el amor, cómo cautivaba a todos con solo pasar. La vi quince años después y seguía igual, ni una arruga, la vi en un subte con exactamente el mismo vestido, fumaba con boquilla y tenía la nariz sucia de merca, algo con el diablo tenía que me dejó pegado, mirá lo que digo y me digo ateo y anarquista. Me declaré anarquista leyendo un libro que me dio un amigo pintor, yo ya lo era en verdad, pero al leer el libro fue que me di cuenta. Pienso que la democracia es una monarquía retocada, pero los nobles siguen siendo los nobles, igualmente no soy necio y apoyo este gobierno Kirchnerista, pienso que todo se da por proceso y que querer saltearlo es una especie de locura o idiotez universitaria, hay que evolucionar comprometiéndose. Pasa también que hay un montón de pelotudos iluminados que lo único que hacen es criticar, como si pelear contra la globalización liberal corporativa fuera fácil, primero obtengamos soberanía, después vendrá lo otro, lo que queremos y pensamos que es lo mejor. No hay que tener miedo de comprometerse, yo tengo miedo de otras cosas, no sé si a la muerte, pero si al sufrimiento intro-hospitalario, al dolor, repito siempre que prefiero morir antes que mi hermano, porque sé que si estoy sufriendo, como es médico me va a traer morfina, no sé por qué carajo tengo la sensación que me voy a morir a los 54 años, tengo 51, pero no por la falopa, y no creo en las adicciones, lo más importante es ver lo que ocultan esas adicciones.

-Decime ¿y si te tuvieras que llevar una sola cosa a la muerte?,  ¿qué te llevarías? 

-una mujer

- sabía que ibas a decir eso.

 

 

 

 

Texto: El negro Paris

 Serú Girán - Encuentro con el diablo 

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