Las trenzas de Calipso
1995
Fumá, fumá
fumemos juntos
a ver si nos convertimos en humo
y nos metemos en alguna lámpara.
Quizá nos reciba algún genio
y nos de una buena patada en el culo.
Prendé otro cigarro,
tomate otro vaso de vino.
¡Qué vida la de ustedes!
dice la vieja de la esquina.
Vieja mamarracha, vení
tomate una copa
y dejate de joder.
Fumá, y que el humo te haga
desaparecer junto con tus potes
de cremas y las monedas
que le negaste ayer
a un pendejo muerto de hambre.
La vieja corre y se cae en la vereda.
Dejála, que reviente.
Seguí fumando,
que la cosa se está poniendo buena.
Un drogadicto y una puta.
1997
un clavo oxidado/ en la vereda
un borracho/ con el cierre roto
un pasillo oscuro/ y sin revoque
una corbata colgada/ en el baño
una minifalda demasiado corta
-demasiada flaccidez
un poema de la adolescencia
el beso húmedo /de tu mejor amigo
una uña mal pintada
el olor rancio /de la casa de los pobres
el pelo duro de los que abren /las puertas de los coches
¿entendés lo que es
una urticaria inoportuna?
solo el amor puede lograr
que pase desapercibido
este tufillo que apesta
a pura mierda.
Motivos.
una cara hinchada por el llanto
un perro que te olisquea
mostrándote los dientes
un solo universo para contemplar
un planeta para destruir
vida de perros
hambre de amor
hambre//
un dedo apretando el timbre
del consultorio del psicoanalista
que te despacha tratando de recordar
si le dio de comer al gato
miles de motivos
para no dejar de estar loco.
noventa y cinco/ quince
por la luz del fuego
por el canto de los ángeles caídos
por el perfil de un borracho
y su resaca
todos, todos oremos
oremos
por el fétido aliento
de las alcantarillas
por las mejillas ajadas
por la risa
por esa mirada tuya
que rescaté
cuando no te diste cuenta
por mis pechos
por tu vida
por tu hermana
oremos
y bendigan
a los niños
a los borrachos
a los solitarios
a los locos
a los putos y las putas
de la esquina
y a la madre
que los parió
oremos por el silencio
silencio por favor
sus ruegos
están siendo procesados
por nuestros operadores.
septiembre
soy del viento y pertenezco
solamente a él
que los otros pidan permiso
y ronquen por las noches inquietos
porque yo no duermo
con un ojo abierto
sino con los dos
y me retuerzo en la cama
primero de costado
a la izquierda
a la derecha
boca abajo
y sigo retorciéndome
así como el viento
no descansa
mis ojos
saben a un cócktel
de frutillas amargas
tic tac tic tac
el reloj no hace más
que perder el tiempo
y camino sonámbula
hasta el balcón
¿Ibiza, dije?
ah, no, ese era otro sueño
una pesadilla ajena
¡estoy volando!
estoy volando, pajarón
y no caigo
un tiro al aire
y me reventó un tímpano
hasta mañana
hasta mañana
hasta mañana.