Preocupación, por los pocos días que pasaron

desde que el cazador se ha marchado junto con los soldados de la salvación.

 

Se ha introducido en el bosque.

Se ha endurecido por el verde fulgor.

Se ha desaparecido entre el silencio.

 

Cuando salió por la puerta, la prisa me obligo a cerrarla

y una vez hecho esto, fui a esconder la lámpara

 

Escaleras abajo                

                Mundo de anzuelos

                            Reino de remos rotos     

                                                   Foráneos sonidos

Que parecían desvanecerse lentamente entre el humo del mundo.

 

Pero como cualquier cazador, posee miedo, por lo menos uno

y como no tenerlo si siempre anduvo por lo llano.

 

En su sonrisa se comprueba el asunto

entre sus dientes se denota cuantos cuervos desolló al no sentir más que hambre.

Pero el tacto del dedo, sobre el cálido gatillo, lo acerca a un poder dormido

 

La tierra de las maravillas                                   se concentra en su ceño

y en sus ojos puede verse la sangre del cielo                      coagularse

estallando en hervor junto con su pulso               al momento de derribarte.

 

La hierba que ha crecido.

Las ramas que ha pisado.

La tarde que ha llovido.

 

Es por eso que sigue ensimismado

                  por todas las noches que han pasado.

                                por todos los bosques que ha atravesado.
 

Sin tan siquiera salir de su casa.