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Las trenzas de Calipso presenta: 

  

      El Niño Rata.

                                      (diálogos, reflexiones y relatos breves)
 

 

 

Algunos piensan que es una metáfora sobre el amor, otros un alter ego. Pero en verdad “el Niño Rata” nace de una conversación de chat, más precisamente de Whatsapp, en donde el interpelado se llama así mismo de esa manera. La edad de este espécimen es de 28 a 30 y pico. El sociólogo “Metatron” aseguró que “el niño rata” es el resultado la educación patriarcal, que engendra ratas que no quieren someterse en pos de la libertad porque la experiencia del amor los acerca a la muerte, es por eso que prefieren no amar. La autora-interactiva “Calipso” aconseja a las mujeres huir al detectarlos ya que caen en el riesgo de volverse locas, asesinas o alcohólicas.

 

 

“A veces el mejor engaño es decir la verdad.”

                   (escuchado en una película.)

 

                                                       Episodio uno.     

 

 

De los creadores de ¿Estamos todos locos o qué? llega: El amor en los tiempos del no amor.

 

 

-Y bueno, vos no tenés la culpa de los boludos como yo.
-Tal vez sí tenga la culpa.
-Es que estoy loco.
-Vos no estás loco, sos idiota.
-Yo estoy loco, te digo.
-No, sos boludo, nada más. Y se te nota. Parece que tengo un imán para los psicópatas.
-Auuchhh! Propongo emigrar al sur o alquilame tu sótano.
-No tengo.
-Andá cavando.
-Sí, tu tumba. Enfermo mental, tomátelas.
-Me vas a dejar así tirado? Tenés que hablarme.
-¿Para qué?
-Para todo.
-Bueno. De lo único que no tenés la culpa es de haberte caído de la cuna.
-Yyyyyyyyy, no...

 

 

 

                                                               Episodio dos.

 

 

De la saga: ¿Estamos todos locos o qué?  vuelve: El niño rata.

 

 

-(Emoticón con corazón)
-Tengo ganas de leer y estoy acá encerrado.
-Qué parte no entendés de "say no more", de hasta nunca?
-Oh, buenoooo, cosita...
-Basta.
-I don't say nothing.
-Chau, manejate.
-You, drive you. Handle up you.
-Te falla, definitivamente. No me hagás decir barbaridades.
-Quereme.
-Yo te quiero, por eso quiero que desaparezcas.
-Vos no me querés.
-Callate, tarado.
-Estás sensible por otra cosa y caigo yo, el niño rata.

 

 

 

                                                                 Episodio tres.

 

 

De la saga "¿Estamos locos o qué?  llega:

Te lo digo con Charly García. (Canción: Promesas sobre el bidet)

 

 

-¿Publicaste nuestra conversación? jaja, sos loca.
-Está editada, bolú. Tuvo mucho éxito. ¿Pero qué mierda hacés mirando mis cosas? No te nombré.
-Re chusmo soy.
-¿Te interesan mis cosas?
-Ay, siii.
-Hablá como hombre, ¿querés? Con vos tengo para una novela.
Me aburriste, no me hablés más.
-Por qué me tratás tan bien, me tratás tan mal, sabés que no aprendí a vivirrrr...
-¿Y querés aprender conmigo, carajo? No me caés bien y dejá de cantar.

"Difícil que lleguemos a ponernos de acuerdooo". Recién subí el tema.
-Está genial, yo tenía ese casette. Piano Bar era, o...Clics modernos.
-Piano Bar.

 

 

 

                                                               Episodio cuatro.

 

 

Return of the Niño Rata. Con un epígrafe de un artista reconocido: 

"Yo soy del tiempo de que cuando alguien le decía a una mujer que la quería , ponía en riesgo su vida ! Ahora toda parece hecho a la medida de Walt Disney ! 

 


-Te amo.
-Basta! No digas eso.
-Dejame ser.
-No me gustan las mentiras.
-Foo, le sacás la emoción.
-No seas boludo. Yo sí te quiero, vos no.
-Al revés.
-Qué???
-Vos no me querés.
-Por favor! Por qué no?
-Porque salís con otros. Tuviste hijos.
-No salgo con otros y vos eras bebé. Qué ganas de joder!
-Jaja.
-Me voy.
-Te amo.
- Asqueroso inmundo niño rata.
Yo quería una foto para ver tu mirada de desquiciado, que me gusta tanto...

 

 

 

                                                                  Episodio cinco.

 

 

El Niño Rata en “Loucura não tem fim”

 

 

-Te amo.

-Sweet. ¿Cómo me vas a amar si no pasaste un rato conmigo en tu vida?

-Te amo te amo te amo

-Soñé que volaba, levitaba y luego volaba. Era lindo. Me desperté con dolor de garganta, creo que estaba roncando.

-Jaja hermosa.

……..

-Mi nene mosho, none tá?

-Acá.

-No te veo.

-Atrás tuyo.

-¿Por qué te gusta hablar conmigo?

-Te amo.

-No es cierto pero me encantaría que así fuera. Me ilusiono un poco pero no. No te creo.

Contestame ¿por qué te gusta hablar conmigo?.

-Porque te amo.

-No! A ver, ¿por qué me amás?.

-Qué se yo.

-¿Qué sentís?.

-Frío.

-Qué hermoso. Eso es amor.

-Viste! Te amoooooooooooooo.

-Ay shiiiiiii.

 

 

                                                             Episodio seis.

 

 

Say no more, Niño Rata.

 

 

-¡Hola cosito! Estaba aburrido mirando facebook, tú sabes. 
Dejá de darme con un caño, forra. Niño rata, que feo...Encima yo te di la idea de niño rata.

Falta que pongas que me hicieron una lobotomía.

-¿Para qué me hablás?¿Sos enfermo vos? O la enferma soy yo que te contesto.
Tenés el tupé de hablarme después de que te borraste, maldito hijo de puta. Que te pongan el chaleco de fuerza, pedazo de forro.

-¡Heeeeey! Agresiva.

-Qué mierda querés. ¿No te das cuenta de que te falla? Te borraste por semanas y ahora venís a hablarme lo más campante.

-Tratame bien.

-¿Te lo merecés? Me dejaste en banda.

-¿Qué??? ¿Yo? Porque no hablamos dos días tanto lío. Andá a la cocina y tomate un tilo bien cargadito.

-Tres semanas te borraste, enfermo mental. Con vos me tengo que tomar una caja de Alplax.

-Hablamos antes de ayer.

-¡Después de tres semanas! Definitivamente estás loco y no te hice caso cuando me lo dijiste.

-No estoy loco.

-Enfermo. Alejate de mí. Si total, por lo mucho que te importo.

-No. Digo sí.

-Sos una bestia. Dejame tranquila.

-GRRRRRRR!

-Idiota. Contestame.

-Sí, ¿qué cosa, amor?

-¿Por qué desapareciste así después de haber estado bien, qué te hice yo? Contestame seriamente o adiós para siempre.

-A ver, mmm...

-¿Te importé algo para que desaparecieras así?

-¡Pará! Vos también desapareciste, Si yo no te escribo, ni pelota.
Sos sexy y orgullosa. Ese es tu problema. Vos y tu orgullo ponzoñoso.

-Pelotudo de mierda, me dejaste el visto por días. No te quiero ni ver. ¿Qué querías, que me arrastrara? ¿Pero quién sos?

-Qué exagerada.

-Dejame tranquila. Volvé a tu madriguera, solo como una maldita rata que sos.

-¡Tu amor es mi madriguera!¡Dame amor!

-Cinco puñaladas te voy a dar, forro insensible. Me dejaste, te fuiste, desapareciste.

-No seas dramática. Trabajemos tu orgullo.

-Estás loco. Me voy. Ahorrame tu perorata mediocre que ya no me hace reír más.

-Siempre estuve. Vos querés asfixiarme. Soy un lobo estapario.

-Andate al carajo a respirar oxígeno lejos de mí. Sos un imbécil.
Lobo estepario...Mañana leés Mujercitas y te creés una nena.
Chau.

-Chau.

 

 

 

 

 

 

Textos sueltos.

 

 

La afición por la lectura del Niño Rata es una de las cosas que me vincula a él, particularmente. Entonces le digo: ¿Vos leíste a tal o cual? Él me mira con sus ojos bellos y extraviados, dice no y yo comienzo a hablar narcotizada por su mirada.
Luego lo veo hurgar en mi biblioteca y acercarse el libro a la cara más de lo normal.
-Pero querido, no ves una mierda.
Y él ríe con el gesto torcido, lo cual hace que su belleza se apacigue un poco y no me deje al borde del desquicio y arrancando hojas de los clásicos que tanto amo.

 

 

El Niño Rata duerme.

Yo lo espero al acecho.

El Niño Rata quiere ser libre.

Yo lo quiero en la jaula.

El Niño Rata roe el corazón

a pequeños bocados.

Quiero ser su cena,

su almuerzo,

su merienda.

El Niño Rata quiere jugar.

Yo seré su rueda giratoria.

El Niño Rata quiere ocultar su rostro

para que no le vea sus pecas,

teme que yo me enamore.

El Niño Rata un día escapará

Y volverá a su tímida alcantarilla.

Y yo cazaré otra presa.

 

 

 

Regreso sin gloria del Niño Rata.

 

 

Así como un día el Niño Rata llega a tu vida, se va. Se va luego de que demostró que tiene y puede demostrar algún sentimiento, pero al hacerlo, huye y se oculta en su húmeda y solitaria madriguera.
Un día se va, con pasos silenciosos pero otro día, pasados ya muchos días que conforman semanas pero que para él son solo veinticuatro horas, retorna de la oscuridad moviendo su bigote y feliz como un niño, -como el niño que es en su corazón inmaduro-, para mostrar algún descubrimiento de manera tan inocente y festiva que Una, que busca, busca a la vez que no quiere más decepciones, ni marido, ni novio ni un perro que le ladre, deja que se acerque con sus mediocres ínfulas de lobo estepario.

Un día el Niño Rata madurará o morirá en su propia trampa y la cazadora le dará su despedida desgarrando con sus dientes las hojas de los poemas del Rubaiyyat que él, en su infortunado regreso, le hizo conocer.

 

 

 

El Niño Rata, es innegable, vive cobardemente pero fiel a sus principios vacíos, acordes con estos tiempos. Guarda dinero sin saber para qué, pero sabe que le hará falta. Ni siquiera le interesa el sexo en demasía, bien podría vivir procurándose placer por su propia cuenta. 
Les llama la atención el tipo de mujer fuerte, dominante e inteligente, justo el mismo que teme,- pero necesita sentir la adrenalina para conquistarla y no mezquina promesas ni encantadoras palabras. 
La mujer, si es inteligente, entiende el juego y lo deja a su albedrío, porque una mujer así no lo necesita ni para mascota, no obstante, en su osadía y omnipotencia, podría amarlo si este quisiera, cosa que no porque no está dispuesto a resignar la libertad de vagar a su antojo como una mísera rata de alcantarilla.

 

 

 

Verdades reveladas.

 

 

Le dije al Niño Rata: -Vos parecés ingenuo e inocente, pero no lo sos, parecés cándido y bueno, pero también todo lo contrario. Tenés una mirada vacía, sin sentimientos. 
Mientras yo decía esto, me miraba muy serio, -como nunca lo había visto, porque es más bien de hacer bromas absurdas-, como decía, muy serio y de sesgo. Me impresionó un poco su impresión. Creo que asintió imperceptiblemente. Más tarde revivió su parte sensible y se comportó como un Niño Rata dulce y apasionado.
Desde ese día "Sin novedades en el frente". 
Tengo un Hemingway de él y él un Goete mío. 
Será lo único que tendremos uno del otro.

 

 

 

Diferencias entre el Niño Rata y el Niño Veneno

 

 

Mientras que el Niño Rata ya pisó  los treinta y sigue siendo un niño y es una rata que se escabulle y tiene miedo, el Niño Veneno, es un niño cronológicamente, pero tiene años de madurez mental, es un elegido al que le han sido reveladas verdades que hace suyas y no tiene miedo de nada. Sin embargo, desayuna con chocolatada, exige amor, mimos y es caprichoso pero compite intelectualmente con el Niño Rata y en la arena, le gana sin espada. Tiene veneno, pero no mata. Su veneno es un cáliz dulce e hipnótico que utiliza por las madrugadas insomnes para que una mujer hecha y derecha, caiga en su influjo de amor y deseo.

 

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