Cosas de chicos

Pateaba la piedrita el lechuza, le daba con la derecha con la zurda, la llevaba bastante bien te digo.
Refunfuñaba de lo lindo; últimamente se le había introducido en la cabeza la idea de que la vida se estaba arruinando
y la seguía pateando.
Tenía pensado para más adelante poner un supermercado, iba a venderle las tripas a un señor gordo, iba a quitarse el sombrero ante las hienas, porque así podría ganarse el pan y alguna que otra pendeja.
Es que de a ratos se cansaba de levantarse temprano, de sacudirse las plumas y de esas enormes nubes que lo perseguían.
Pero el firme por el medio de la vereda, meta esquivar gente distraído con la piedrita.
El sol le pega de lleno en la jeta y el olor de su hígado llama a las moscas.
Es entonces cuando el lechuza abre los ojos bien grandes y como quien agarra un papelito, lo arruga y lo tira al tacho vuelve a patear la piedrita que va a parar a la alcantarilla del desagüe.
Cosas de chicos digamos porque los adultos como vos y yo sabemos que la vida ya está arruinada.
Pero ahí lo tenes al lechuza, fíjate bien, ya encontró otra piedrita para seguir pateando.
Texto: Magallanes Ilustracion: Chimulay