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Cucarachas para el desayuno

 

Hace 23 años que el Tucan Barauskas y Pil Trafa son la dupla compositiva de Los Violadores. Se formó como artista de la mano de  guitarristas locales tales como Boragina, Corradini y Simian. Asegura que lo fundamental es tomarse los ensayos como un ritual, que componer es una gimnasia y que la fábrica atenta contra el rock de la ciudad.

 

Archivo genético.

 

 

Escucha con atención. Como si lo hiciese desde el fondo de algo. Quizás los ojos claros y saltones le agudicen la mirada. Esa concentración penetrante lo revela en su matiz de compositor, que como a todo artista le permite ir de la realidad a la ficción, como quien se pasea con un paraguas debajo de la lluvia. Estamos en su casa en San Nicolás de los Arroyos. Me ofrece el sillón y con las manos en el bolsillo él se sienta en la punta de una silla (más tarde  se echará para atrás). Esta vestido de forma simple, como los roqueros que brotaron durante los años 90: todo de negro, campera de jean, vaquero un tanto ajustados, casi chupín, como  el estilo de la cultura rock que le marcó la vida: el punk rock.

 

En su archivo genético cuenta con 2 anécdotas y 3 guitarristas. Esos 3 guitarristas son Roberto “el pato” Boragina, Mario Corradini, y el “palomo” Simian. El pato por la frescura y el feeling, Mario por la técnica, el palomo por la locura, -el pato tocaba y toca con sangre, como los mejores intérpretes de blues, me acuerdo que me atrapó eso de estirar las cuerdas a lo Jimi Hendrix, Mario me enseñó a componer, y el palomo era un estudioso que innovaba todo el tiempo, estudiaba de todo, me acuerdo una vuelta que fui a buscarlo a la casa, toqué el timbre varias veces y no salía, por ahí miro para arriba y estaba asomado a una especie de ventana leyendo algo, hasta que terminó y bajó, me dijo que tenia que viajar y que estaba leyendo los astros porque la última vez que viajó sin que le fueran favorables casi se mata-.

 

Las anécdotas son en tiempos y espacio diferentes pero en las dos hay una misma persona: Roberto “el pato” Boragina. Barauskas tenía 8 años cuando fue a una cena familiar con sus padres al club social Sportivo Nicoleño, allá por el año 64, y lo vio tocar por primera vez. Tiempo después lo verá  por segunda en el cine-teatro del Colegio Don Bosco. Cuando terminan de tocar el joven Barauskas se sube al escenario y una imagen le queda grabada en la mente en un gesto mitológico y un nombre. Boragina lo ve venir y sin decir sin tansiquiera a espera a que se acerque, se da vuelta (y sin más lenguaje que el destino) levanta la guitarra y se la muestra al joven curioso, el brillo de la guitarra blanca y un nombre…Gibson, atraviesan el cuerpo y el alma como si sintieran entre los tres (el pato, el tucán y la guitarra) la conmemoración de un antiguo ritual. 

 

La segunda anécdota es menos fulgurosa, pero sí pedagógica y de suma importancia para el aprendizaje de un “pura sangre” como Barauskas  -yo todavía no tocaba en ninguna banda, pero invitaba al pato y al palomo a ensayar a casa, era la posibilidad porque una vez que se iban dejaban los instrumentos ahi, asi que yo me pasaba hasta que amanecía tocando y tocando. Antes no había profesores ni internet, me acuerdo que con el palomo cuando nos íbamos de vacaciones a la costa llevábamos una guitarra que le dábamos a la gente que conocía y sabía tocar para aprender sobre diferentes estilos o formas de tocar rock que en aquel tiempo no abundaba demasiado-

 

 

Cucarachas para el desayuno.

 

 

El 2 de abril de 1982 lo encontró tocando con Manuel Wirzt en el Auditorio Municipal. Por cada acorde caía en Malvinas una bomba. Tiempo después Manuel Wirzt parte a Bs As y Barauskas a Rosario a estudiar armonía y composición. Manuel a la par de su trabajo  como obrero en el Ferrocarril forjará su vida musical y por el año 1986 manda a llamar a su amigo Baraukas para formar parte de su proyecto, donde el Tucán dejará sus primeras huellas compositivas. Todo fue muy dulce hasta 1991 cuando los integrantes del precursor grupo de Punk Los Violadores lo ven tocar y lo convocan a formar parte de su formación remplazando nada más y nada menos que al violero Gustavo “Stuka” Fossa. En 1993 la misma formación de Violadores cambia de nombre y se hacen llamar Pilsen.  Bajo este nombre Barauskas logra llevar a las grandes ligas del rock nacional una canción de Mario Corradini, integrante del grupo Irreal que comandaba Baglieto y está formado por 2 rosarinos Jorge Llonch y “Piraña” Fegundez, más un nicoleño: Daniel Wirzt, quién será luego el baterista que más acompañó al flaco Spinetta en su carrera.

 

Esta canción llamada Cucarachas para el desayuno le valió a irreal durante el proceso militar de 1976 la interrupción de un recital en el Teatro Municipal de San Nicolás y la forzada separación del grupo. Mario Corradini recuerda en el libro de Flavio Verandi “Rock Nicoleño” del 63 al 83  -El día antes de tocar en el Teatro Municipal de San Nicolás nos llamaron, nos interrogaron acerca de nuestras ideas políticas. Fue una situación muy dura no es que nos llamaron del Teatro ¡Nos llamó el ejército! Nos dicen que nos olvidemos de tocar en el Teatro, que nos olvidemos de tocar y que nos olvidemos, porque Irreal es Irreal- En 1995 Baruskas entra en corto circuito con el manager de la banda y se hará a un lado. En San Nicolás formará una banda llamada Agentes de Caos. En el 2002 volverá Violadores para quedarse hasta el día de hoy.

 

 

Bajo un sol feliz.

 

 

Barauskas antes que nada es músico compositor. Entre la profunda cultura y conocimiento de Pil Trafa y la capacidad compositiva del Tucán, han dado a la Cultura Rock de Argentina (sobre todo al Punk Rock) un gran aporte estético con un gran contenido social y político. –A contrapelo de lo que se imagina la gente, o los conceptos que se distorsionan, Piltrafa es un gran intelectual, un gran lector profundamente informado, siempre los gastamos y le hacemos cualquier pregunta rara, no sé cómo se llamaba el perro del Ruso Iván el terrible y lo sabes, lo buscamos y efectivamente es así, lo mismo pasa con el Punk, a mi me gusta el Punk Europeo, no el barrial, el Punk si bien es agite, no es sólo una cuestión de reventados, no es así-

 

Nunca se va a dormir sin antes dejar algo grabado y terminado. Al otro día se levanta, enciende para escuchar lo que ha creado la noche anterior y se va a lavar los dientes y la cara, si desde el baño escucha y se le pone la piel de gallina, eso es bueno, eso queda – componer es como una gimnasia, si lo dejas de hacer te cuesta un montón retomar, durante los períodos que estoy componiendo no escucho música, me mato escuchando durante los meses que no compongo, ahí me cultivo, para mí una de mis grandes satisfacciones fue hacer un tema a la altura de Utraviolento que es un tema que yo no compuse, ese tema se llama Bajo un sol feliz- dice Barauskas que me ofrece una cerveza o un vaso de juego, se mira el reloj y se acuerda de un compromiso. –el mensaje que le dejaría a los más jóvenes es que disfruten cada ensayo como si fuera un ritual, que creen arte propio, eso es lo importante, que eso “de llegar o el éxito” se dará por lógica propia de estar en el momento justo y trabajar, trabajar y trabajar, y que hay que resignar cosas, meter la vida, eso es fundamental lamentablemente veo que la fábrica está matando al rock local, a los "rockeros" de San Nicolás-

 

Barauskas también fue durante 5 años guitarrista del grupo liderado por el legendario Marky Ramone.

En la foto junto a Pil Trafa y el resto de Los Violadores.

"Bajo un sol feliz" cancion que abre el disco homonimo de 2006 de Los Violadores octavo trabajo de estudio de la banda.

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